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CAROLINA GOIC LLAMA A RECUPERAR LA CONFIANZA DE LA CIUDADANÍA

Recuperar la confianza de la ciudadanía, sancionar la colusión y el futuro de las reformas del actual gobierno fueron parte del discurso de la abanderada de la Democracia Cristiana, quien inició su intervención haciéndose cargo de la crisis de confianza que afecta a nuestro país. A  continuación adjuntamos su discurso.

Buenos días a todos y todas. En primer lugar quiero agradecer esta invitación a participar del Foro de ICARE y poder compartir con todos ustedes algunas reflexiones sobre cómo se viene este año en política y economía.

Me gustaría en primer lugar compartir con ustedes una reflexión respecto a un problema que tenemos en común. Hay algo que nosotros los políticos y ustedes los empresarios compartimos. Nos guste o no, queramos o no aceptarlo, estamos entre las instituciones peor evaluadas por la gente, en otras palabras, para los chilenos y chilenas no somos ni creíbles ni confiables. Los casos de corrupción y financiamiento ilegal de la política y los casos de colusión que hemos conocido en las cadenas de farmacias, los pollos y el papel higiénico, entre otros, han tenido un efecto devastador en la confianza de la gente.

El impacto de estos casos pareciera que es algo que no logramos dimensionar, pues creer que -como en el caso de la colusión del papel higiénico- con siete lucas por persona, los chilenos se van a olvidar de la sensación de abuso permanente – que pareciera ser ya casi normal en nuestro país- es no entender la real dimensión del problema. Yo creo que recuperar la confianza de los chilenos y chilenas no pasa por más o menos dinero, sino que por cambios mucho más profundos. Ustedes y yo sabemos que la confianza no se compra, la confianza se gana. Así como tenemos un problema en común tenemos un desafío común, recuperar la confianza.

Digámoslo con claridad, la colusión no solo daña a los consumidores que son engañados, a veces por años, sino que también perjudica a las empresas, porque merman su credibilidad ante la gente, y deben ser sancionados con dureza. Esto no es un ataque al empresariado, sino que por el contrario, un llamado a resguardar a quienes hacen las cosas pensando en el bien superior de Chile.

Así como en la política aprobamos una ley de partidos que hoy nos complica con el refichaje, no lo hicimos para terminar con los partidos, sino para tener mejores partidos, hemos legislado para fortalecer la libre competencia, para sancionar la colusión, para resguardar los derechos de los consumidores, no es para perjudicar a las empresas ni a los empresarios, sino para tener mejores empresas.

Pero yo no quiero ser injusta, y así como he dicho que no todos los políticos son corruptos, también hay que decir que no todos los empresarios incurren en malas prácticas. Pero si enfrentamos un problema que nosotros hemos generado y que por lo tanto nos corresponde a nosotros resolver, no podemos esperar que las soluciones vengan desde afuera.

Me gustaría referirme al Escenario actual

Desde el retorno a la democracia la economía chilena ha tenido un gran desempeño, tanto si la comparamos con su propia historia, como si lo hacemos con el resto de los países en desarrollo.

Solo un dato, desde 1990 a 2016 el PIB per cápita ha aumentado en 2,4 veces. La pobreza se ha reducido a un quinto de lo que era en 1990. En América Latina la situación ha sido muy distinta, en estos 25 años el PIB per cápita ha aumentado solo un 50 por ciento.

Todo esto se ha logrado con coaliciones de centro izquierda que han gobernado el país, más del 80 por ciento del tiempo, desde recuperada la democracia. Me acompaña aquí hoy uno de los ex ministros de hacienda que fueron parte de este progreso, Alejandro Foxley y que demuestra la capacidad de hacer bien las cosas. Sin embargo, no debemos soslayar el pobre desempeño de la economía en los años más recientes que nos impone el desafío de retomar el crecimiento, esencial para promover una agenda social ambiciosa.

El momento actual, sin embargo, es muy especial porque coincide con una fuerte desaceleración de las economías, especialmente  de las más desarrolladas.  Este proceso se mantiene por un buen número de años, con sus consecuencias, de un alto desempleo ya crónico, especialmente en Europa, y síntomas de regresión hacia nacionalismos de corte populista, con consecuencias imprevisibles para los países del mundo en desarrollo, como lo es el nuestro.

Esos síntomas son preocupantes porque la historia nos muestra que muchos países, como Chile, no han logrado dar el salto al desarrollo, al enfrentar escenarios internacionales como el actual, y se han quedado atrapados en un nivel de ingreso medio. Según cifras del Banco Mundial hace medio siglo había cerca de 100 países clasificados como economías de ingreso medio y bajo. De ellos, solo 12 países lograron pasar el umbral. ¿Cuántos latinoamericanos? Ninguno.  El desafío para Chile hoy es evitar caer en esta  “trampa de países del ingreso medio”, que son países que no logran recuperar un crecimiento económico, que permita seguir reduciendo la pobreza y las desigualdades.

Yo soy una mujer optimista, y creo que Chile puede ser un país desarrollado, pero para eso debemos enfrentar al menos 4 desafíos

El primero es el desafío de aumentar la productividad.

Esto requiere un incremento muy fuerte de la inversión en infraestructura, que mejore la interconectividad y la integración territorial del país.

Al mismo tiempo, se requiere una inversión mucho más fuerte en capital humano. Una política activa de fomento a la integración productiva y un papel central para la  cooperación público-privada, incluyendo el sistema de concesiones; más un fuerte apoyo a  las PYME.

El segundo desafío es reducir las desigualdades y aumentar la inclusión social.

Un crecimiento que no sea inclusivo, que no ponga la equidad como eje rector; seguirá aumentando la desigualdad. No olvidemos que seguimos siendo el país más desigual de la OCDE, donde los más ricos ganan 27 veces más que los más pobres. El bien superior del crecimiento es que beneficie a todos y todas, y el crecimiento con mayor equidad es posible. También es posible un crecimiento sustentable, solidario con las futuras generaciones. Lo hemos podemos ver con los cambios producidos en energía.

Nadie puede negar la importancia de lo que hemos hecho en educación, tenemos aquí a Claudia Pizarro, alcaldesa de la Pintana. En su comuna más de 1300 jóvenes hoy acceden a educación superior, jóvenes que jamás hubieran pensado en acceder a la Universidad,

Como le cambia el rostro no solo a sus familias, sino también a una de las comunas más pobres y estigmatizadas del país.

Pero ciertamente tenemos que priorizar nuestros esfuerzos en jóvenes que hoy no estudian ni trabajan, que siguen quedando fuera del Sistema, partiendo por los más vulnerables. Los cambios que buscamos generar tienen que mirar el país en el largo plazo, por ello si queremos hablar en serio de reducir desigualdades, tenemos que poner los mejores esfuerzos y recursos para nivelar el terreno de juego en la primera infancia, en la extensión y calidad de los cuidados infantiles y a nivel pre-escolar.

El tercero es el desafío de una clase media menos vulnerable.

Es urgente desarrollar una red de protección social que vaya más allá de los sectores más pobres. Eso hemos tratado de hacerlo en Chile, con resultados variables. Cuando las economías avanzan las necesidades cambian, y políticas que podían ser adecuadas, en momentos de mayor escases de recursos, ya no resultan adecuadas.

Hay que entender a tiempo, que en estas democracias de ingreso medio, los sectores medios resultan fundamentales para dar estabilidad y para permitir proyectar más allá de unos pocos años, el desafío de crecer a un ritmo mayor.

El cuarto desafío es la calidad de las instituciones.

A menudo nos preguntamos cómo organizar y fortalecer las instituciones para que éstas no se conviertan en el refugio de minorías políticas o gremiales que se auto refuerzan en su poder e influencia. Cómo hacer a las instituciones más trasparentes. Cómo atacar a fondo y denunciar a tiempo la corrupción y la colusión.

Más allá de estos cuatro desafíos, es fundamental pensar el país, entre todos, más allá de cuatro años, hacerlo en forma conjunta, el sector público y el sector privado. Debemos entender que estos no son antagónicos.

Tenemos que terminar con la lógica de la retroexcavadora que han intentado instalar algunos y que nos ha hecho tanto daño. La lógica del desalojo, la lógica de la retroexcavadora y la lógica de la empresa de demolición. Nadie puede pretender hacer borrón y cuenta nueva y terminar con los avances que hemos logrado. La invitación es a salir de las trincheras, recuperar el diálogo real desde nuestras legítimas diferencias.

Junto con eso, para dar el salto al desarrollo, necesitamos reglas claras y estables, un estado fuerte en su rol regulador y un sector privado, que se atreve a invertir e innovar. Es clara la necesidad de respetar y proteger la propiedad privada, pero también la importancia del diálogo social en un mundo donde sobreviven injusticias que no debemos tolerar. Las dinámicas de la economía mundial están cambiando y es nuestra responsabilidad, tanto políticos como empresarios, preguntarnos ¿Cómo construir juntos ese Chile para el 2030?

  • Estoy convencida en la necesidad de avanzar en reformas, pero reformas bien hechas, bien pensadas técnicamente y para eso se requiere tiempo y gradualidad. Hemos pecado de voluntarismo, algunos más que otros, y hemos olvidado que es imposible realizar todas las reformas estructurales en un período de cuatro años.
  • Para hacer reformas, que perduren en el tiempo, es necesario buscar puntos de encuentros. Instalar una lógica más dialogante, entregar certezas, implementar cambios graduales, que permitan una mayor comprensión y asimilación de los mismos. El camino corto no necesariamente es el más rápido.
  • Hoy tenemos una oportunidad con la reforma al sistema de pensiones, de demostrar a nuestros adultos mayores, que somos capaces de mejorar sus pensiones, lo mismo a los trabajadores; pero no después del debate presidencial, sino que ahora.
  • Chile necesita avanzar hacia un sistema de pensiones que sea realmente un sistema mixto, donde el ahorro, la solidaridad, la responsabilidad, sean principios estructurales. Es fundamental pensar en las pensiones como un sistema integral, más solidario, que sea sostenible y donde existan los incentivos, para que todos aportemos y generemos una mejora sustantiva en las actuales pensiones, para que tener más años de vida no sea una mala noticia. Hoy las AFP tienen un problema de confianza, por lo cual no creo conveniente ni necesario que el 5% vaya a ellas.

Siempre es posible mejorar. Es ingenuo pensar que proyectos importantes no sufrirán modificaciones en el futuro. Lo relevante es que los cambios se realicen, para mejorar lo que tenemos y no para dar un pie atrás. Digamos las cosas como son, en el caso de la reforma tributaria algunos piden simplificar, cuando lo que quieren es bajar la carga tributaria. Debemos tener en cuenta que bajar la carga tributaria significa que el Estado tendrá menos recursos para financiar programas sociales y comprometer las arcas fiscales.

Como país tenemos mucho por avanzar. Algunos sostienen que el Estado debe hacerse cargo de todo. Otros piensan que hay que dejar todo en manos del sector privado. Yo soy de las que cree que la colaboración público-privada es fundamental para el desarrollo económico y social. Las recetas mágicas no existen, recuperar la senda del crecimiento requiere un país unido, de lograr puntos de encuentros entre todos los sectores.

Probablemente para ustedes, cuando nos invitan a reflexionar sobre como viene el año, son muy importantes las señales que uno entregue, y en mi caso en particular, que aspiro a ser Presidenta de Chile, las garantías respecto a cómo vamos a conducir la economía en nuestro futuro gobierno; pero yo quiero decirles que lo más importante de este encuentro, tiene que ver con la gente que nos está mirando allá afuera y con como reconstruimos la confianza en ellos.

Permítanme citar a Humberto Maturana, quien nos dice que “Antes de la confianza está la honestidad… Si yo no soy honesto, voy a dudar que el otro sea honesto y voy a desconfiar. No es la confianza lo primero, es la honestidad lo primero” eso estimados amigos y amigas es algo que depende solo de cada uno de nosotros.

 

 

 

EN ABRIL SE CONOCERÍAN LINEAMIENTOS DE PROGRAMA PRESIDENCIAL DE GOIC

Créditos: La Tercera

Durante el encuentro, la DC además ratificó la vocación de centro-izquierda y sentido de coalición del partido que se traduce en la voluntad de coalición, como también se definió la prioridad al acuerdo programático.
Al término del encuentro, la junta nacional del partido consideró que la unidad demostrada en proclamación de Goic como carta presidencial es la mejor muestra de comportamiento partidario.


Cabe señalar que en abril entregará un documento con los principales lineamientos de la programa presidencial de la candidata.
Asimismo se dio a conocer que el partido contará con dos listas parlamentarias, ya que a su parecer es la mejor forma de expresar la unidad de la centro-izquierda.

 

Fuente:

http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2017/03/11/en-abril-se-conocerian-lineamientos-de-programa-presidencial-de-goic.shtml

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